Laura Hernández

Fernando Ruiz Moffat
Revista HBC,
Junio 2004

Laura Hernández adquiere su gusto por la pintura en una tierra donde los sueños crecen en los árboles y el cielo estrellado evoca a la grandeza del universo y la humildad del hombre en sí. Es en esta tierra de milenarias andanzas y de increíble riqueza cultural donde Laura encuentra una conjunción pasional en su vida y es la pintura el lenguaje escogido por ella para manifestar todas sus inquietudes. Yo platicaba con los estrellas yesos cosas y se me ocurrían muchos imágenes y empecé a pintor/os. Las preguntas existenciales siempre han sido tema fundamental en mi obra. Desde los diez años comencé o pintar y lo he hecho de manera regular hasta la fecha.

Perteneciente a la generación intermedia de los artistas oaxaqueños contemporáneos, Laura pasó parte de su niñez en esa tierra natalque dejó imágenes, olores,sabores y experiencia que lograron ser su más temprana inspiración. Posteriormente se mudaría con su familia a la Ciudad de México, ahí encontraría un nuevo impulso a su vocación artística al entrar a la Escuela La Esmeralda. Allí descubrí un nuevo mundo de otros artistas. Me fascinó descubrir todo ese mundo de expresiones diferentes y de interpretaciones diferentes. Este nuevo mundo no significó para ella un parteaguas en su estilo personal sino más bien una evolución,un respirode frescura en su camino por el arte. Esasícomo Laurase alimenta no sólo de otros artistas sino del mundo en general, vamos entendiendo de diferente formo los cosas, vamos adquiriendo conciencia. Yo creo que básicamente en esa medido se ha ido modificando mi trabajo. Gaugin me impresionó, me deleitaba tanto su pintura, me hacía soñar con sus pinturas. Luego en diferentes épocas he ido encontrando otros artistas que me han gustado por diferentes situaciones. Pero no nada más aprende uno de los pintores o de los escultores, aprende uno de los poetas, de los filósofos, de los científicos, de todos 105 que se han cuestionado de alguna forma. A veces la ciencia da muchos cuestionamientos que son, para nosotros los artistas, un material de transmutación. Todo lo que sea curiosidad o sorpresa.

La inspiración de Laura es inagotable, pero no obstante su andar la ha llevado a rincones muy diversos del Globo, en donde ha encontrado una conexión con el pasado del ser humano, con la historia de antiguas civilizaciones que han hecho de Laura Hernández un ser que cultiva en su pintura enseñanzas milenarias, inspirada en su sangre indígena. Es así como sus pasos han logrado recorrer lugares del norte de África, India y el Sureste Asiático, especialmente Camboya. Además vivió casi una década entre París y Ámsterdam, lugares que le funcionaron como plataformas para esparcir su pintura en el Viejo Continente en numerosas exposiciones de gran éxito.